lunes, 6 de agosto de 2012

UCA, Ruinas San Andrés, Lago Coatepeque y Volcán Izalco



La primera semana de julio nos encontramos en la escuela con una pausa pedagógica para realizar las evaluaciones, así que aprovechamos para irnos a visitar más lugares de este precioso país. El martes 3 Carmen nos acompaña a la UCA José Simeón Cañas (Universidad Centro Americana) para dar constancia de que estamos aquí realizando el proyecto, y de paso para conocer a nuestro tutor, Mauricio. (agarramos el bus 48 y luego el 42A que lleva a la uni). Allí tuvo lugar el asesinato de 5 académicos españoles, del fundador salvadoreño de la universidad junto con dos mujeres salvadoreñas que por desgracia se alojaron ahí aquella noche. La fuerza armada de El Salvador mandó asesinarlos porque consideraba a los padres jesuitas sospechosos de sostener la Teología de la Liberación, y por tanto los vinculaban con la guerrilla del FMLN.
Monumento a los mártires del 16 nov. de 1989
Os dejo a la izquierda una foto de uno de los monumentos que hay en la UCA como homenaje a los mártires del 16 de noviembre de 1989. También está para visitar la casa donde tuvo lugar el crimen, y hay álbumes de fotos del día de después (aparecen los cuerpos, para mi no es algo respetuoso hacia los fallecidos, pero quizás esté equivocada y eso vaya más allá de algo sensacionalista).
Las 4 subidas a un árbol seco donde las ruinas
Ese mismo día fuimos a las ruinas de San Andrés, en Santa Ana, en el bus 201,  unas ruinas mayas prehispánicas. Un sitio realmente precioso, muy verde, donde encontramos hasta ovejas pastando. La entrada al museo cuesta alrededor de 3 dólares (siempre menos si eres de nacionalidad salvadoreña). Se puede comer allí y es un bonito lugar para pasar el día, pero realmente no hay demasiadas ruinas para ver, así que lo que es la visita se puede realizar en hora y media. Nosotras sin embargo estuvimos más rato, ya que nos tomamos unos helados mientras disfrutábamos de la sombra ya que el calor era HORRIBLE (como casi siempre aquí vaya…). Es museo se cierra a las 4 así que de ahí vovlimos a casa a preparar las mochilas para el día siguiente.

Detrás nuestra la principal pirámide, la Acrópolis
Vista del Lago de Coatepeque
El miércoles, nos fuimos para el lago de Coatepeque, un lago formado en el cráter de un antiguo volcán. Un auténtico paraíso… llegar allí nos costó unas 2 horas porque tuvimos que agarrar 3 buses. Nos alojamos en Rancho Alegre, que nos costó 10 dólares la noche a cada una (luego encontramos otros alojamientos por 8$, pero ya era tarde…). Lo bueno es que llevábamos espaguetis y mas comida en tapers así que nos ahorramos la comida. Por la tarde alquilamos una pedala (ya que las motos de agua y barcas eran mucho más caras) y nos fuimos hasta el centro del gran lago. ¡Fue genial! Estábamos ahí en medio, lejos de todo el mundo y con unas vistas increíbles, rodeadas de verdes montañas… aunque he de reconocer que luego volver a la orilla pedaleando costó lo suyo… Luego nos dimos una vuelta por el pueblillo, y cenamos pizzas hechas por un panadero salvadoreño, así que estaban bien ricas ¡y baratas!
Dentro del lago, justo en el centro de él.
Al día siguiente nos dirigimos al volcán de Izalco, y por el camino nos encontramos con un chico mexicano que también quería ir allá y que había venido solo de vacaciones  a El Salvador en las fiestas que tenía en su colegio (era profesor). Así entre bus y bus nos encontramos con otro chico y dos chicas más que querían llegar al mismo sitio que nosotras, pero que al que no sabían cómo (igual que nosotras). El último bus que llegaba hasta donde empieza la ruta del volcán se nos escapó, así que teníamos por delante unos 15 km cuesta arriba, y era imposible llegar a tiempo si no era en coche. Tuvimos mucha suerte que paso un Pick up (furgonetas con la parte de atrás al aire libre) y la paramos, nos dejó subir, así que nos montamos un monton de personas allá atrás. Como agradecimiento les pagamos la entrada a la pareja que conducía, ya que si no llega a ser por ellos, ¡no llegamos!
Una vez allí había dos opciones, o subir Izalco (se pagaba 1’5 al guía) o a Santa Ana (8 dólares) ¿Es obvio que elegimos no? jajaja pues eso, nos pusimos a subir Izalco:
Tras bajar las escaleras, ahí teníamos que subir
El viaje comenzaba con la bajada de 1400 escaleras, y luego con la subida al volcán por un zona llena de piedras que iban cayendo. El último tramo de subida me costó, pero creedme que valió la pena una vez arriba. La bajada fue más lenta porque te ibas resbalando así que ya sabéis: bajar de mediolaaaaado, con cuidado y tal y tal. Conseguimos bajar sin caídas pero con algún que otro sustillo (de los normales vaya) y una vez abajo TACHÁN, nos encontramos con las malditas escaleras pero que ahora había que subir… decidimos ir contando cada una de 100 en 100 (yo contaba 100 y le pasaba el relevo a la siguiente) para que fuese una subida un poco más amena y así para saber dónde estábamos y cuanto nos quedaba. A todo esto el grupo ya se había ido dividiendo entre los veloces que suben y bajan a sprint, y los que tuvieron que dejar a medias el volcán porque no podían con sus almas (nosotras entre medio de ambos grupos, increíblemente incluso más por delante que por detrás… ¿veis? Aún estamos en forma…).
Arriba del volcán, sensación de libertad
Y lo conseguimos, una vez terminadas las escaleras no vino el subidón, de SIIIII LO HICIMOSSSSS. y de ahí fuimos corriendo a por agua y a por sandía para quitarnos la sed (que además ni habíamos comido).
A mitad de la subida de las 1400 escaleras, ya agotadas
Así que este fue nuestra escapada de la escuela…que…al llegar, resultó que habían acortado la semana pedagógica a lunes martes y miércoles porque desde el ministerio les dijeron que ya era suficiente (lo cual me parece lógico, una semana sin clase es MUY excesivo). Pero nadie nos avisó porque sabían que andábamos vagueando por ahí (vagueando de vagabundas, no de vagas. Ser vago aquí se le dice ser haragán) y quisieron dejarnos disfrutar.
Pero no fue una semana sin ver a mis niños/as, ya que me los encontré por la Chacra (apenas fueron a clase, porque la mayoría ni se enteró de que al final jueves y viernes había…es que hay una desorganización de flipar…). Por tanto, ¡sin remordimientos!

Ese sábado volvimos a la Playa El Tunco, que como ya os hablé de ella no vuelvo a meteros la chapa, solo deciros que estuvimos muy muy a gusto, pero que a la noche llovio muchísimo así que nos empapamos, una vez másssssss!

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