lunes, 2 de julio de 2012

Playa El Tunco


Al llegar, nos acogen increíblemente y nos cuentan que los fines de semana los podemos aprovechar para conocer el país, ya que es lo que han hecho siempre las chicas y chicos que han venido con el mismo programa, además algunos fines de semana nos llevarán a sitios la gente que trabaja aquí en la parroquia (¡nosotras encantadísimas porque son genialeesss!)

Playa el Tunco. Viernes 22 Junio
Gran roca de la Playa el Tunco
Así que les tomamos la palabra y nos vamos a El Tunco, una playa donde hay sobretodo surfistas a unas dos horas de la Chacra. 


Edurne y yo en la roca
Uno de los buses de aquí
.
Para llegar allí agarramos (que no "cogemos) dos buses, ya que Deivid, un conocido de la parroquia nos acerca hasta la parada, sino tendríamos que haber agarrado 3 buses: el 8 (o 48), el 102 y el 80
El viaje en bus es un chou (show), la gente nos mete miedo, pero ahí nos vamos dando cuenta que no hay peligro (la cosa es no llevar mucho dinero encima y tenerlo controlado por si te roban, pero poco más, como en todos lados vaya). Depende del bus, el chofer lo tunea y le pone luces, y unos bafles detrás, así con el traqueteo y el reggaetón del bus vas todo el camino bailoteando. Además, se sube gente en las paradas para venderte mil cosas, desde tiritas, cremas que curan TODO (flipas con los monólogos que se pegan, te cuentan mil cosas en dos minutos), hasta cancioneros de distintas religiones, así que el viaje es entretenidísimo.
 Llegamos al Tunco, gracias a que el hombre que vende los tickets del bus nos avisa donde pararnos (ahí las paradas son en plan EHHHH PAREE, jajajaja), así que genial. Buscamos alojamiento, aunque ya habíamos mirado varios en por internet. Al final vamos al Papaya’s Lodge que cuesta 10 dólares la noche, y está genial, tiene una pequeña piscina, hamacas para tumbarse, y las habitaciones privadas y con baño, así que nos fiamos de dejar las cosas en la habitación.
En la piscina del Papaya's Lodge (yo soy la cosa que salta)
Vamos toooooda la tarde a la playa, y a la noche nos vamos a dar una vuelta por los bares, aunque no hay mucho jaleo al ser viernes. Comemos allá, en unos restaurantes baratos pero bien buenos, cenamos por primera vez pupusas MMMMM QUE BUENAS, pupusas con frijoles, con queso, con pollo DELICIOSAS.
A la mañana siguiente, desayuno de lujo en un bar (es caro, son 3 dólares pero flipas lo bueno que estaba) playita otra vez. A la tarde vienen las compañeras que están en otras zonas de El Salvador, así que nos juntamos las 7 al final. Y adivinad qué…. NOS QUEMAMOS. Normal, tantas horas en la playa, y luego el remate de la piscina…pues eso, parecemos todas Sebastián, el cangrejo de la Sirenita… Y ahora una semana después me estoy pelando cual serpiente en cambio de muda…

Todas antes de salir el sábado
La noche del sábado, salimos a dar una vuelta por La bocana, un bar de al lado de la playa y genial, ese día si que había ambiente así que estuvimos bailando reggaetón (ya que es básicamente lo que ponen). A la mañana siguiente estábamos tan quemadas que no todas fuimos a la playa, y así evitamos algo de sol…
La vuelta fue de las míticas de aquí, todas montadas en un pick up (una furgoneta con la parte de atrás al aire libre), poquito a poco hasta llegar a casa. Tuvimos mucha suerte porque nos trajeron hasta la misma puerta de casa, la verdad que buenos amigos, nos trataron como toooooooooodo el mundo hasta ahora, incréiblemente bien.

Amaia y yo. Cerveza propia de aquí. Pero sigue sin gustarme naaada PUAG

No hay comentarios:

Publicar un comentario